Internet cada vez tiene una importancia mayor en nuestras vidas, especialmente desde que está de forma omnipresente en nuestros bolsillos en forma de teléfonos móviles. Esto ha hecho que los usuarios tengan un conocimiento mucho mayor del medio en el que se mueven, permitiendo a los diseñadores ir mucho más allá que hace unos años.

Pero también ha hecho que los usuarios sean mucho más exigentes. La competencia es enorme y pueden llegar hasta ella sin moverse del sofá. Por eso hoy os queremos ofrecer una serie de tips para un diseño de interfaz eficiente.

Joss Cook, de CreativeBlog, desarrolló esta lista de consejos en la que nos hemos visto muy reflejados en Diligent, por eso hemos decidido adaptarla para ofrecérosla:

Conoce para quién diseñas

Si sigues nuestro blog ya te habrás cansado de leernos este consejo para cualquier aspecto del marketing digital: conocer a tu público es básico. El diseño de interfaz o de experiencia de usuario no es distinto. Debes dejar de lado tus preferencias estilísticas y adaptarte a las necesidades del usuario final del producto, la web debe estar dirigida y enfocada a ofrecer una solución de valor a su audiencia.

Evita la parálisis por análisis

Si un usuario se encuentra con demasiadas opciones, puede verse abrumado y no completar la acción. Una venta perdida. Para ello hay que limitar las elecciones que das a tu usuario, escondiendo aquellas menos relevantes para el proceso.

Recurre a los estados por defecto

Los estados por defecto puede ayudarte a reducir las opciones, por ejemplo, llevando seleccionando directamente la tienda más cercana a la localización del usuario.

Llama a la acción con estados vacíos

Cuando no puedas recurrir a un estado por defecto, puedes usar los estados vacíos para guiar a tus usuarios a descubrir nuevas opciones. Por ejemplo, si no tiene nada en su lista de deseos, puedes usar ese espacio para llevarlo a una sección de recomendaciones. O si llega a una página de gracias, recomiéndale los contenidos de tu blog para ofrecerle un valor añadido.
Se trata de mantener a tu visita navegando por tu web tanto como sea posible.

Utiliza las páginas de error con estilo

Por muy bien que hayas programado tu web, en algún momento algo fallará. Personaliza la página de error para reducir las sensaciones negativas. Incluso, lo puedes convertir en una llamada a la acción.

Desgrana las opciones

Si la variedad de tu producto es compleja, desgrana todas las opciones de forma visual. ¿Tienes una camiseta en distintas tallas, colores y (por ejemplo) longitud de mangas? En vez de listarlas por separado, crea un proceso en el que se pueda elegir paso a paso cada opción.

Reduce la resistencia

El proceso debe ser lo más sencillo posible. Por ejemplo, si puedes hacer que una acción se complete presionando un link enviado al correo en vez de introduciendo una contraseña que puede haberse olvidado, facilitarás el trabajo al usuario.

Pide solo los datos que necesites

Los formularios son engorrosos de completar y el usuario cada vez se preocupa más por el uso que hagas de sus datos. No pidas más datos de los necesarios en cada paso, el Exceso de campos en un formulario es una de las barreras más relevantes que dificultan las conversiones.

Muestra la progresión

Muestra cuántos pasos quedan para completar una acción para que el usuario sepa cuánto tiempo necesita invertir. Por ejemplo, en una venta puedes incluir una barra superior enumerando los pasos (envío, pago, confirmación) y destacando en qué punto nos encontramos. También puedes enumerar los pasos de suscripción.

Presta atención a las convenciones

A los diseñadores nos gusta llevar al límite la creatividad y probar cosas nuevas, pero los usuarios no siempre lo reciben bien y prefieren aquello que ya conocen. Busca un equilibrio entre innovar y las convenciones que todos conocemos.

Ofrece feedback visual

Internet es un lugar interactivo. Cuando los usuarios realicen alguna acción, muestra algún mensaje, señal o instrucción de que su click ha servido para algo.

Recurre al contenido generado por los usuarios

Cada vez más, compramos en función de lo que otras personas dicen y menos en función de la publicidad. El contenido generado por los usuarios, como reseñas, pueden aumentar tu ratio de conversión en más de un 10%.

Usa a los usuarios como vendedores

Un cliente contento puede ser tu mejor comercial. Crea una comunidad y deja que sean ellos los que muestren las capacidades de tu producto. ¿Vendes cámaras de fotos? Crea un servicio o un hashtag en Instagram donde puedan mostrar su trabajo.

Usa la imaginería para guiar a tus usuarios

La imagen puede ser una forma muy poderosa para guiar a tus usuarios de forma sutil a donde más te interesa. Por ejemplo, si mostramos una persona, el usuario seguirá, de forma subconsciente, su línea de visión. Aprovéchalo.

Usa el espacio negativo de forma inteligente

En ocasiones hay diseñadores que pueden tender a tratar de llenar la pantalla para ofrecer toda la información posible. Sin embargo, es mucho mejor dejar que cada elemento respire, usando el espacio de forma estratégica para destacar lo que nos interesa.

Empieza por la versión móvil

Más de la mitad del tráfico llega desde dispositivos móviles. Hasta ahora se solía diseñar la página de escritorio para luego adaptarla a móviles eliminando elementos. Es hora de empezara trabajar al revés.

Presta atención a la licencia de las tipografías

La licencia de una tipografía puede dar más problemas de los que parece. Utilizar una tipografía durante el desarrollo para darte cuenta a última hora que tiene alguna licencia especial o incluso que no está bien adaptada a web puede dar muchos problemas. Compruébalo todo antes de empezar a trabajar con ella.

Añade el texto a la interfaz

El texto y los copys son una parte fundamental de una página web. Si desarrollas el texto y la web de forma simultánea te permitirá tener una coherencia y una integración muy superior a si utilizas un lorem ipsum de relleno durante el desarrollo.

Recurre al Onboarding

Puede ser muy útil permitir a los usuarios usar una parte de tu servicio sin registrarte, permitiéndoles entender bien qué ofreces y convenciéndoles con una acción en vez de con una explicación. Hay una máxima en el cine que dice “enseña, no expliques”. También se aplica al diseño web.

Implica a tus desarrolladores

Ya que van a ser quienes diseñen cómo el usuario va a interactuar con tu producto, puede ser muy útil que los desarrolladores estén implicados desde una fase temprana del diseño de producto. No solo lo conocerán mejor, sino que pueden ofrecerte soluciones tecnológicas novedosas.

Utiliza un sistema de diseño

Uno de los grandes éxitos de Apple es que da igual cuál de sus apps, webs, dispositivos o servicios uses, todas son familiares y consistentes visualmente y en su uso. Recurre a un sistema de diseño para asegurarte que cada parte de tu producto se comporta de una forma similar y transmite unas sensaciones y emociones parecidas.

Limpia los archivos de diseño

Pocas cosas son más molestas para un diseñador que abrir un archivo y tener que perder un rato tratando de descifrar en qué capa está cada elemento. Establece un orden e identifícalo correctamente. El resto del equipo (o incluso tu yo del futuro) te lo agradecerán.

¡Esperamos que esta entrada os sirva para desarrollar mejores interfaces!

¡Hasta la próxima!