Ayer por la tarde me encontré una joya que no podía dejar sin pasar de ver: Living in Barcelona, el nuevo vídeo que ha realizado el Ajuntament para promocionar la ciudad de cara al turista. Un vídeo que, pese a las buenas intenciones, ha logrado indignar a muchos de los que vivimos aquí. Antes de verlo, me dejé llevar por las expectativas positivas: dirigido por José Corbacho, el buenrollismo tipo Estrella Damm… Creo que todo desapareció en los primeros 15 segundos.

Living in Barcelona Style ¿es correcta esta comunicación?

Desde el punto de vista de la comunicación, se observa que hay un objetivo claro a transmitir: Barcelona es una ciudad cosmopolita, moderna y multicultural, donde hay muchos monumentos y lugares que visitar, sin recaer en lo típico.

Para ello, la mayoría del vídeo se ha rodado en sitios no tan conocidos de la ciudad, donde salen barrios no turísticos como Nou Barris o Sant Andreu. También se fomenta el uso de la bici (lo que está muy de moda en Barcelona y, la verdad, está bien). La playa, se ha tratado de una forma diferente (clave deportiva) y han sacado a colación que hay más Ramblas, mostrando la de Poblenou.

Entonces ¿qué nos cabrea tanto?

Llevo viviendo 5 años en Barcelona y es una ciudad que me encanta. Me parece que en tema de ocio, tradiciones, cultura e iniciativas ciudadanas es espectacular. Pero, de la misma manera que he conocido grandes personas, rincones increíbles y aspectos que me gustan muchísimo, he tenido que aprender a lidiar con la triste verdad que todos conocemos: su cara de ciudad vendida al mejor postor con tal de atraer cuanto más turismo, mejor. Todo ello sin importar qué tipo de gente viene ni si se carga la ciudad a su paso.

Bajo mi punto de vista, este vídeo sigue presentando Barcelona como una Ciudad Postal. ¿Por qué? No hay más que analizar el vídeo: una chica cámara en mano, que solo se dedica a sacar fotos de los monumentos y, más allá de mirar, comprar y gastar, no se involucra prácticamente con nada. No voy a mencionar el topicazo de utilizar a la chica-que-parece-una-modelo-pero-con-aspiraciones como protagonista.

Por supuesto, ya ni hablamos de las “mentiras piadosas” de amabilidad exagerada de la gente, los bailarines profesionales en cada esquina, los buenos músicos callejeros y los ancianos de anuncio que se hacen selfies. Se trata de un vídeo lleno de clichés que ni siquiera son nuestros clichés, que restan la poca credibilidad que pudiera quedar al spot. Además, en el vídeo aparece gente que tanto podría ser de aquí como de Wisconsin. Ajuntament ¿sale algún catalán en el spot?

Mis abuelos ni tienen iPhone ni saben lo que es un selfie

Curiosamente, creo que la protagonista del vídeo es un paralelismo de la visión que el ayuntamiento quiere que tenga el turista de esta ciudad: una ciudad que es muy bonita y cool, con muchas cosas que ver y hacer, en la que pasar un buen rato, pero ya está. No vendemos identidad. Barcelona no se percibe como una ciudad auténtica. En el momento en que un turista descubre que en Barcelona no todo es tan bonito y que está masificado, se decepciona y no vuelve.

Pero Barcelona no es así. No tiene la culpa. La culpa tiene quien la vende como un Port Aventura vestido de ciudad.

La canción, lo que faltaba

Para rematar la faena, se ha escogido una canción noña, pegadiza y súper comercial con 0 carácter (lo mismo se podría usar para anunciar compresas) digna de festival eurovisivo, que incluye un batiburrillo de idiomas a cargo de un grupo que parece de todo menos local. Voilà! Ya tenemos un “pack comercial enlatado” de Barcelona que venderle al extranjero.

En base al tipo de música y al contenido del vídeo, deduzco que el Ajuntament ni se ha planteado hacer grandes cambios en el target al que se enfoca el turismo. Gente en su mayoría joven, con nivel adquisitivo medio-bajo, a la que le gusta hacer turismo pero sin muchas pretensiones. Más que nada, eligen Barcelona para divertirse. ¿Es este el turismo que queremos? Porque no olvidemos que, por mucho vídeo, el estigma fiestón+playita es algo con lo que vivimos y tendremos que vivir.

Que digo yo, ¿no sería mejor intentar dirigirnos a otro público? Uno que vaya a buenos hoteles, que descubra la buena gastronomía, que no dé ruido, que respete la ciudad; interesado en la cultura, la gente de aquí, las costumbres… De este modo, no haría falta que viniera tanta gente a saturarnos las calles y convertir esta ciudad en un circo. Otra cosa os digo: señores del ayuntamiento, no vengáis a llenarnos de turismo los barrios en los que vivimos, que bastante calvario tenemos ya. Ya casi es imposible vivir en Ciutat Vella sin salir a la calle y encontrártela llena de aspirantes a Jersey Shore que no saben lo que es la crema solar.

En fin. Lo más triste es que no considero que el montaje sea malo, creo que se trata de un tema de concepto y, peor aún, de a quién queremos enseñarle esto. Un vídeo sin identidad que va a conseguir que nadie se identifique con esta ciudad y quiera conocerla por otros motivos que no sean los obvios. Hay un evidente problema de una marca que se ve sobrepasada: no sabe cómo conectar con su audiencia y replantear su estrategia para atraer clientes de calidad que prueben y repitan. ¿Soluciones? Muchas. Empezad preguntando a los verdaderos habitantes de Barcelona, que os darán una perspectiva mucho más real.