Los cupones de descuento para restaurantes son, desde hace unos años, las principales vías de promoción de algunos restauradores, sobre todo, de aquellos que están pasando por una mala racha y confían en que una inyección fortuita de clientes vaya a ser la solución a sus problemas.

Realmente, ¿son eficaces estas promociones para los restaurantes?

Descuentos agresivos, comisiones más agresivas

En un inicio las webs como Groupon, Groupalia, Letsbonus etc. nacieron para ayudar a los negocios a rentabilizar las plazas que no ocupaban con ofertas a bajo precio. La idea inicial era que, después, pudieran fidelizar a los clientes para que volvieran sin descuento. Pero ¿qué es lo que ocurre realmente?

Este tipo de webs piden al menos un descuento del 50% sobre el precio original del producto. Hasta ahí, bueno. Pero luego, se le pide al negocio una comisión muy elevada (que puede llegar al 50% sobre el total facturado de todos los cupones vendidos + IVA) con lo que ¿qué le queda al restaurador? Puede parecer que, como de repente te llega una gran suma de dinero estás en el dólar, pero cuando eches cuentas a final de mes, te darás cuenta de que estás más tieso que una vela. Evidentemente tienes 2 opciones: o tomarlo como una inversión, o adaptar la oferta para que los números cuadren, lo que muchas veces se traduce en una rebaja de calidad o una rebaja de la cantidad.

Los márgenes de los restaurantes son diferentes a otros tipos de negocios

Un cine, un teatro o una compañía aérea van a invertir el mismo dinero en un avión lleno que en un avión que está a la mitad: casi todos los costes operativos son fijos y lanzar promociones siempre es rentable cuando ven que no cubren las plazas. Pero un restaurante lo tiene más difícil, ya que una gran parte de sus costes es variable (la comida). Si los márgenes de beneficio ya son reducidos de normal, hacer descuentos agresivos los convierte en casi inexistentes.

El problema de “los cazachollos”

Las webs de compra colectiva han traído consigo el auge de los “cazachollos”: personas adictas a descuentos y ofertas, súper exigentes y que no tienen reparos en poner a caldo al restaurante si no cumple sus expectativas. Son clientes que nunca vuelven al restaurante sin promoción, así que adiós a  fidelizar. Desde la cuponera, te dicen que puedes ganar dinero ofreciendo extras a los clientes: postres, bebidas, entrantes… Pero a la hora de la verdad, esto casi nunca sucede. Estos "cazachollos" o bien no tienen presupuesto para pedir nada más, o bien se aferran estrictamente a la oferta porque, si no, dejaría de ser una ganga. Recuerdo el testimonio de un restaurador que comentaba que había visto clientes  irse al baño a beber agua del grifo por no pedir bebida, para que veáis cómo está el percal.

Una vez que el cliente ha ido, no hay continuidad

Las cuponeras no permiten dejar opiniones ni consultar la ficha del restaurante una vez que el restaurador ha finalizado la promoción. Cuando se acaba, si te he visto, no me acuerdo. El único recurso que le queda a los que han asistido es dejar su opinión en webs de recomendación como Tripadvisor, que se ha convertido en el valle de lágrimas de los damnificados por los cupones de descuento. De aquí llega otro punto interesante:

Lanzar una oferta con este tipo de webs puede dañar la reputación de tu establecimiento

Si te has decidido a lanzar una oferta con este tipo de webs, no ofrezcas comida de baja calidad a tus clientes o tu reputación lo pagará caro. Una cosa que tienen en común los usuarios de estas webs es que son personas muy activas en internet y, si se sienten estafadas, dejarán constancia de ello. Una oferta de este tipo puede acabar con decenas de críticas negativas en Tripadvisor y otras redes que harán salir corriendo a cualquiera que te busque en Google. Lo triste es, por otro lado, que nadie de estas cuponeras compruebe que las ofertas se ajustan a lo que se ofrece.

Overbooking de cupones: más no significa mejor

El exceso de venta de cupones puede resultar ruinoso para un restaurante. Primero, por los propios costes que implica ofrecer este tipo de oferta a lo largo del tiempo: si llenas todos los días tu restaurante con clientes con los que prácticamente pierdes dinero ¿dónde está el beneficio? Los hay que ofrecen cupos para este tipo de promociones, lo que lleva a otro problema: las dificultades para reservar. Todos los turnos se llenan y hay usuarios que observan anonadados cómo hay mesas vacías en el restaurante mientras que ellos no han podido reservar hasta dentro de 3 meses. Esto es tan malo para la reputación de un restaurante como el hecho de que sirvas mala comida.

Por tanto, ¿son eficaces los cupones descuento para restaurantes?

En mi opinión, hacen más mal que bien. Clientes que no vuelven, márgenes inexistentes, reputación dañada… En este sentido, coincido totalmente con la opinión que el restaurador Hugo García le dio a El Comidista en un post muy interesante sobre el mismo tema:

"La edad de oro del cuponing ya ha pasado. Muchos establecimientos han salido muy escarmentados. En parte creo que el declive también viene dado porque los propios negocios estamos haciendo muy buenas ofertas y promociones por nuestros propios canales y dirigidos, esta vez sí, a nuestro público natural".

Por tanto, si estás pensando en ofrecer cupones descuento para restaurantes, piénsatelo dos veces e investiga otras vías de promoción.

Escrito por: Juncal
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