Todos, en mayor o menor medida, somos usuarios de Facebook y, en nuestro Timeline diario, tenemos que lidiar con amigos que resultan un auténtico coñazo rollazo a través de esta Red Social. Hoy, por esto y, porque como Community Manager que soy, tengo que meter el hocico donde no me llaman, inauguro esta sección de ¿Qué le diría un Community Manager a tus amigos pesados de Facebook? En ella, como si de marca personal se tratara, explicaremos cuál es el motivo por el que tenemos tirria a nuestros prójimos virtuales y la cura para remediarlo si eres uno de ellos. Hoy van los primeros 5:

1. El de las citas de motivación

“Hoy puede ser un gran día, todo depende de ti”. Cada día una perla nueva. Vamos, que estás más triste que Bambi el día de la madre ¿no? Lo notamos de manera subliminal. Como todo en esta vida, lo poco gusta y lo mucho cansa. Se nos olvida a menudo que Facebook es una red que ve más gente y la utilizamos para pensar en voz alta y alimentar nuestra autoestima, ego o como lo queráis llamar. En todo caso, le puede ahorrar esto a los demás.

Cómo le percibe la gente: como un un cursi y un pedorro.
Solución: reducir las dosis de citas a una semanal, como mucho. Quizá a los lunes, que es cuando más bajón general hay. También puede ponerse un post it en casa, así solo lo tendrá que ver él: el efecto motivador es el mismo.

2. Los que te retransmiten su (aburrida) vida en directo

“Pues aki, en el metro”, “me estoy comiendo un melocotón” o “acabo de echar un partido al FIFA, voy a ver si ceno”. ¿Te suena? Estados que se repiten tropocientas veces al día.  Se trata, sin duda, de gente nostálgica que no ha superado la decadencia del Messenger (era de los que te freía a zumbidos, fijo) y, a falta de a quien aburrir, ¿para qué tiene 500 amigos en Facebook? Son reconocibles porque usan los iconos como si no hubiera un mañana y también porque suelen decir obviedades como castañas. Si fuera una marca no le harían caso ni los grillos.

Cómo le percibe la gente: como la persona más aburrida y cansina sobre la faz de La Tierra. Aunque no lo sea en persona, lo acabarás pensando.
Solución: escribir un diario. A ser posible, en papel. También puede hacerse twitter. Así su chapa se verá más difuminada. ¡Ah! Prohibido publicar más de una vez al día.

3. Selfieman

No falla. Cada dos o tres días (por decir algo, los hay de frecuencia diaria), sube la típica selfiefoto en la que quiere parecer “casual” pero vamos, que no cuela, se ha tirado un mínimo de 5 minutos preparándose: que si la escena, que si maquillaje, que si me atuso el pelo, que si busco la mejor posición… Alguna de vez en cuando, vale, pero ¿tantas? Ehhh… Cantan. ¿Cuánto tiempo de su vida perderá en estas gilipolleces? Mejor no pensarlo. No vamos a hablar ya de la tristeza juvenil que resulta de dedicar no sé cuanto tiempo a preparar una foto de finjida realidad para que todos se crean que tu vida es guay. Como decía Jesús Vazquez en el programa ese, ¡Allá tú!

Cómo le percibe la gente: como alguien que tiene más ego que Rafa Mora o que no tiene autoestima, aquí no hay punto medio. Ah, y más artificial que la barbie peinados. Por cierto, la gente que le pone “guapo/guapa” en los comentarios es probable que le odie. Él será un creído, pero nosotros somos unas cabrones, eso es así.
Solución: Tiene que superar el síndrome de la celebrity. Ya puestos, que apueste por la naturalidad. La gente quiere ver el día a día, no las fotos de estudio. Mira el Facebook de Iniesta: un hombre que ha creado una legión de fans a base de subir fotos medioborrosas con el móvil. Más vale una foto con legañas que el fotobook de aspirante a Miss España.

Ella se lo puede permitir, tiene fans DE VERDAD

4. El que le da “me gusta” a sus propios estados

Para resumir: el día que explicaron las normas de Facebook, debía estar de vacaciones en Matalascañas. Dar “me gusta” a las propias publicaciones es de ser un auténtico cutre, por la sencilla razón de que se supone que a ti ya te gusta lo que publicas. Normalmente, este tipo de personas suele ser a su vez el pesado del punto 2.

Cómo le percibe la gente: como un brasas al que la gente no le da ni la hora.
Solución: no dar "me gusta" a sus propios posts. La posología del punto 2 también está recomendada.

5. El indignado

Está hasta las narices de lo que está mal en el mundo y se pasa la vida poniendo noticias. Material no falta, eso está claro. Yo soy la primera indignada y “de vez en cuando” pongo algo. Pero no todos los días a todas horas, por favor, que estos días mi Facebook parece un monográfico de Gaza y Pujol. No digo que esté mal, pero a uno le acaba poniendo de muy mala leche y la cabeza como un bombo.

Cómo le percibe la gente: como uno “desos” que acampaba en el 15m y un amargao.
Solución: compaginar sus publicaciones protesta con noticias positivas. También puede darle un toque humorístico, como hace La Revista Mongolia: protestan igual, pero con mucho estilo.

Por último, si te ves acosado por este tipo de personas en Facebook y no quieres eliminarlos por miedo/pena/el qué dirán, acabaremos con un truquito interesante. Es muy sencillo:

Cuando veas la típica publicación de tu amigo (más conocido por “el chapas”) haz clic en la flechita de la derecha y te saldrá la opción “dejar de seguir a …”. De esta manera, dejarás de ver las noticias de esta persona en tu muro y vivirás mucho más tranquilo y, lo que es mejor: sin que él se entere.

Hasta aquí mi sección de hoy. ¡Volveré!

¿Echas en falta algún amigo pesado de Facebook? ¡Cuéntanoslo!