Este año ha sido muy especial para mi, tanto personal como profesionalmente. En todo caso he aprendido muchísimo y no me puedo imaginar todo lo que me depara los días y años venideros. Sin embargo, desde hace unos pocos meses le he dado un vuelco a mi propio proyecto, unas de las labores más interesantes fue replantearme el concepto de 021 y encontrar un punto diferencial. Fue un ejercicio muy divertido e interesante, porque te das cuenta de muchos detalles que deben evolucionar y adaptarse a la realidad para no quedarte atrás. Ahora bien, me di cuenta de un rasgo que en muchas empresas se está dejando atrás...  los valores.  Los valores de una empresa forman parte de tu ADN, para mi tienen mucho que ver con tu personalidad y criterio de hacer las cosas. Tus clientes te apreciarán y te recordarán por tus valores.

Uno de los libros que más me ha inspirado desde hace mucho tiempo, por no decir años es la biografía de Steve Jobs por Walter Isaacson, ¡vaya que disfruté ese libro! Una de las líneas que me quedó marcado fue la descripción de los tres principios básicos de la “Filosofía de Marketing de Apple” escritos por Mike Markkula.

En primer lugar es la empatía con el cliente. “Vamos a conocer sus necesidades mejor que ninguna otra empresa”. En segundo lugar era la concentración. “Para realizar un buen trabajo, en lo que decidamos hacer, hay que descartar lo irrelevante” y en tercer lugar habla de la atribución. “Puede que tengas el mejor producto, la mejor calidad, el software más útil o sofisticado...  Si la presentación es una chapuza, la gente creerá que es una chapuza, ahora bien, si presentamos nuestros productos de forma creativa y profesional, le estaremos atribuyendo las cualidades deseadas.

En otras palabras, los valores de una empresa es lo que definen las bases de una empresa, describe la identidad, la actitud y sobre todo, la manera de ver y hacer las cosas. Un ejemplo de ello podría ser la perseverancia, las ganas de aprender constantemente, la disponibilidad al cambio, las predisposición, la perfección, ser proactivo y no reactivo...   Algunos de estos atributos podrían marcar el posicionamiento de tu empresa. De esta manera un posible cliente podrá hacerse una idea de que clase de empresa está tratando.

¿Ya sabes cuáles son los valores de tu proyecto, estudio o empresa? Intenta hacer el ejercicio de plantear con sinceridad los valores, medítalo bien y responde a: ¿Quién eres? ¿Cuél es tu filosofía? ¿En qué crees? ¿Que ofreces?

...quizá te sorprenda el resultado.