Ya hemos hablado otras veces de que, para tener éxito con un negocio o idea, es importante saber detectar las necesidades y, si surgen en un momento determinado y no hay nada en el mercado, mucho mejor. Hoy vamos a hablar del caso de un videojuego que, desde su lanzamiento el pasado mes de agosto, está rompiendo todos los esquemas. ¿Por qué? Ha sabido aprovechar el potencial de una figura mediática como Pablo Iglesias, el líder de Podemos, la coyuntura política actual y le ha dado un toque de humor. El resultado: el juego del verano.

Se llama Casta Wars, se lanzó el pasado 12 de agosto y ya supera las 23.000 descargas. El juego básicamente consiste en un pang de toda la vida en el que el Pablo Iglesias fulmina las cabezas de políticos como Pablo Marhuenda, Esperanza Aguirre o Eduardo Inda con su mirada de rayos láser. Estos caen desde la parte superior de la pantalla mientras estos sus míticas frases en contra del líder de Podemos: ¡Friki! ¡Etarra! ¡Comunista! Si pierdes, Esperanza Aguirre se ríe de ti.

Dentro del juego, hay escenarios tan diversos como el Congreso de los Diputados, el Plató de la Sexta o la sede del PP. Otras de las peculiaridades son las vidas de Pablo Iglesias en forma de bolsas del Alcampo o su nueva súper arma, el champú anticasta.

¿Cuáles son las claves del éxito de Casta Wars?

Tengo que decirlo: el Casta Wars es un juego bastante simple, pero tiene su miga. ¿Por qué? Veamos algunos de los factores de su éxito:

1. ¿Quién no sueña con cargarse a los políticos?

Independientemente de nuestra ideología, estamos hasta las narices de los políticos y “había que cargárselos a todos” se oye a menudo en cualquier conversación de política (si es que no lo has dicho tú mismo). Esta no es más que la culminación virtual de una fantasía de nuestra sociedad. Que Pablo Iglesias sea el Terminator (o el Jedi, mejor dicho) tiene sentido, dado su papel actual de “mesías” político. El hecho además de que todas las frases que se dicen sean verídicas, nos da una visión todavía más real.

2. Referencias que todos conocemos

Pablo Iglesias se ha posicionado como uno más del pueblo y, como muestra de ello, sus vidas de bolsa del Alcampo (Pablo Iglesias reconoció que se compraba la ropa ahí) o el champú Anti-Casta, algunos recursos que llevan al extremo esta imagen pero que a la vez nos hacen pensar que Pablo podríamos ser cualquiera de nosotros. La idea del champú anticasta no es propia, sino que viene de cuando alguien le ofreció un champú “anticasta” después de una conferencia. La propia imagen del juego, haciendo referencia a Star Wars, también es un interesante golpe de efecto.

3. La situación política actual da para más de un chiste

Ha llegado un momento en el que el cúmulo de circunstancias políticas es tan sumamente increíble que muchos ya optan por “reírse por no llorar”. Esta no es más que una muestra más del sentimiento popular.

4. Se trata de un juego al que ya sabes jugar

Los desarrolladores del juego tenían claro que la finalidad del juego era divertir, con lo que apostaron por un juego clásico al que la gente ya supiera jugar. Tenía que entrañar algo de habilidad, pero esta no debía distraer del objetivo principal.

Repercusiones para Podemos

Aunque este juego no tiene nada que ver con el partido de Pablo Iglesias, cabe decir que el beneficio que puede aportarles no tiene parangón. El juego es un auténtico éxito entre la gente de sus círculos. Si observamos a Podemos como una marca, podemos decir que el juego es un recurso de fidelización y captación perfecto que, además, reaviva la indignación. Por otro lado, el irrefrenable ascenso de Podemos acompaña a los creadores del juego, que actualmente están consiguiendo un promedio de 2000 descargas diarias. Pablo Iglesias no ha opinado al respecto, pero no creo que su opinión sea mala; más bien al contrario.

¿Casta Wars será solo un éxito fugaz o permanecerá en el tiempo? Sus creadores prometen nuevas e interesantes novedades para que el juego no se quede en un mero éxito veraniego. Algunos de los jugadores piden que también se incluyan políticos del PSOE, como Susana Díaz. Lo que está claro es que, con las perlas de nuestros políticos, este juego puede tener cuerda para rato.

Tú ¿Qué opinas?