Yo siempre he comido con los ojos y a veces reconozco que se me va la mano... Quizá algunas veces no sienta tanta hambre, pero si me sirven un plato bien apetitoso, me lo comeré con el mejor de los gustos. Es una condición humana... somos impulsivos por naturaleza y si lo que vemos nos gusta, nos sacude y nos atrae. 

En el marketing sucede lo mismo, la apariencia y los detalles importan, y mucho. Básicamente, porque el proceso de compra se basa en gran medida en lo que vemos, es decir, el producto que más destaque será el que tenga más probabilidades de llamar nuestra atención y seducirnos. Más del 90% de los consumidores comprarán el producto que más brille en un expositor, aunque éste no tenga los mejores atributos o virtudes.

¿Cuántas veces has estado a  punto de comprar un producto porque te has dejado llevar por el flamante packaging y luego te has dado cuenta que en realidad no te hacía tanta falta? Eso tiene un motivo, y es que en realidad el propósito de todo packaging es generar esa compra impulsiva, es la principal ventana de comunicación entre el cliente y el producto. A la hora de tomar la decisión final de una compra, lo que está entre el consumidor y el producto es el packaging, por eso debe ser impactante o de lo contrario, morirá de aburrimiento en el estante.

Cuando leí el libro de la biografía de Steve Jobs por Walter Isaacson, me llamó la atención cuando Jobs decía “Puede que tengas el mejor producto, la mayor calidad, el software más avanzado, pero si la presentación es una chapuza, la gente pensará que es una chapuza”. Estoy totalmente de acuerdo. Una muestra de lo que establece Jobs, son los packaging de los mismos productos Apple. Si abres la caja de un iPad o iPhone, pareciera que abrieras una joya. Se puede decir que el éxito de Apple se debe al hecho de integrar todos los elementos necesarios para ofrecer al usuario la mejor experiencia posible, y entre esos elementos está el diseño del packaging (porque la envoltura sí importa).

¿Crees que esa experiencia la podríamos llevar al diseño de una web? Yo creo que sí. Nos la pasamos casi todo el día delante de pantallas (móvil, ordenador, tablet) y estamos el 99% de las veces conectados a internet. Bajo estas circunstancias ¿no crees que valdría la pena esforzarse por diseñar una web que impacte y que transmita el mensaje de manera sencilla y directa? Al igual que el packaging, la web es la principal ventana de los servicios o productos de una empresa. Con lo cual, el primer impacto cuenta y mucho. Estoy totalmente convencido que si creemos en lo que hacemos, lo enfocamos bien, lo simplificamos a la mínima expresión y sabemos a dónde apuntar, llegaremos más lejos.

Hace varios años trabajé en una agencia de esas que aprendes muchísimo. El director creativo con el que trabajé y compartí tanto tiempo, siempre me decía, “Haz una presentación excepcional de tu trabajo y les tendrás la mitad de convencidos”.      ...me ha funcionado casi siempre.

Feliz fin de semana.

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