En el mundo digital en el que la sociedad está inmersa desde hace unas décadas ha obligado a las empresas, negocios y comercios a convertirse y emigrar hacia internet con el objetivo de convertirse en nativos digitales. Hoy en día, casi la unanimidad de la población es usuario activo de alguna página web, o en su defecto consume información de su interés a través de la misma. Y la velocidad de carga es un factor clave para la usabilidad web.

Bien es sabido, que una web en sí es un conjunto de información que se encuentra en una dirección determinada de internet, sin embargo esta definición al uso de sitio web ha quedado muy obsoleta acorde a la realidad.

¿Qué es la velocidad de una página web?

Cuando hablamos del flujo de conexión y visitantes de un sitio web merece especial atención el hecho de que en todo sitio online es de vital importancia la velocidad de movimiento o navegación de la propia página web.

Pero, ¿a qué nos referimos con la velocidad de una web? Como su propio nombre indica, la velocidad de la página, también conocido como page speed es básicamente el tiempo que utiliza el propio sitio web para cargar. En otras palabras, el tiempo que necesita la web para mostrar al usuario todo su contenido.

Por tanto, la velocidad de una página web es en sí la velocidad de todo el sitio web en su conjunto, ya que cada una de las pestañas podría tener un tiempo diferente.

Importancia de la velocidad de carga de la web

Una de las principales claves para que un usuario empiece a fidelizarse con un sitio web es la credibilidad y confianza que aporta dicha página al cliente. Siendo así, si tenemos en cuenta la facilidad de la web para mostrar su contenido. Es lógico que el usuario se sentirá atraído por el sitio web y dejará de verlo como una página más para pasar a ser uno de sus nuevos sitios de referencia.

La experiencia en el mundo digital ha corroborado que un sitio que carga de forma rápida, sencilla y eficaz ofrece una mejor experiencia al usuario. Esto se traduce en un incremento de las probabilidades para obtener nuevas conversiones y reducir de forma exponencial la tasa de rebote.

Claves para mejorarla

Como hemos explicado con anterioridad, para que el usuario sienta que tu web es el único medio que puede satisfacer sus necesidades e intereses es recomendable que la velocidad de la página al cargar sus contenidos sea como máximo de dos segundos. Ya que después de este tiempo el viewer empieza a desesperarse y a pensar en otras alternativas de búsqueda.

Entre los principales trucos para mejorar la velocidad de tu web cabe destacar los siguientes:

• Debes elegir una plataforma profesional como base de tu propia web, siempre priorizando un sitio que te ofrezca la tecnología más avanzada del momento.
• Hay que asegurarse de que el contenido de la página web no interfiera con el rendimiento de la misma. Ya que son dos factores imprescindibles para su óptimo funcionamiento. Por tanto, hay que elegir bien tanto el emplazamiento del contenido como la forma de presentar el contenido clave de tu web.
• Optimizar el impacto de usabilidad y de la participación del usuario. Son dos conceptos básicos dentro del mundo digital. Cuanto más rápido pueda el usuario utilizar las funcionalidades de la web, mejor se comprenderá el propósito de creación de la página. Por tanto, es más fácil que un usuario interactúe con la web si siente que puede defenderse por sí mismo.
• Se debe incrementar el impacto en la visibilidad de los motores de búsqueda. Para ello es muy importante no sobrecargar el contenido de la web al inicio y priorizar el contenido más relevante en la parte superior.
• Es importante evitar colapsar al receptor con archivos de media y cuidar la relación entre el texto y la imagen que lo acompaña.
• Cuidar al máximo la apariencia estética, ya que una web digital es un medio que debe ser atractivo para el usuario. Por ello, hay que limitar el uso de animaciones y reducir los diferentes tipos de letras.