Hay una cosa muy molesta cuando navegas por Internet: cuando crees que has encontrado aquello que buscabas, haces click y te das de frente con un error 404, página no encontrada. Normalmente te encuentras con una broma con la que los responsables tratan de quitar hierro al asunto. Desde este blog os he insistido mucho en la necesidad de cuidar los enlaces rotos. Por eso hoy os quiero hablar de la redirección 301.

En nuestra última entrada os hablamos de por qué es fundamental realizar un buen mantenimiento web. Una página web es algo vivo y en permanente cambio. Eso quiere decir que, eventualmente podemos eliminar una sección o modificar su nombre, y con eso su dirección. En ese momento deberemos estar atentos a todos los enlaces entrantes. Podemos modificarlos manualmente, pero llevaría mucho trabajo y podemos dejarnos alguno. Aquí es donde entra en acción la redirección 301.

¿Qué es una redirección 301?

Esencialmente, y como su nombre indica, lo que hace es redirigir todo el tráfico que entra a través de una URL a otra de nuestra elección No es la única forma que tenemos de redirigir el tráfico que entra, también existen otras como la 302, pero esta es de carácter temporal. También se puede lograr a través de JavaScript o de Meta Refresh, pero el 301 es el método más efectivo.

¿Por qué? Si nos has ido siguiendo, ya sabrás que los enlaces rotos son uno de los elementos que más van a penalizar a nuestro sitio de cara al posicionamiento SEO. La gran ventaja es que la redirección 301 transmite todo el valor del enlace de la antigua página a la nueva, elimina de forma automáticamente el índice de la antigua y se incluye la nueva, de forma que los buscadores la tienen en cuenta de forma mucho más rápida.

Cómo hacer una redirección 301

Redirigir una URL puede parecer una tarea algo complicada, pero en este caso no lo es tanto, y menos teniendo en cuenta los grandes beneficios con los que cuenta. Para ello hay que editar un archivo que se encuentra  en el servidor llamado“.htaccess”.  Lo encontrarás en la raíz de tu sitio web y es lo primero que carga cuando un usuario accede a tu sitio. Es una pieza fundamental de tu sitio y muy sensible, así que antes de tocarlo haz una copia de seguridad.

Una vez lo hayas hecho:

•  Accede al archivo: Debes hacerlo a través de un sistema FTP (siglas que en inglés significan file transfer protocol) a tu servidor. Es un archivo oculto, por lo que deberás habilitar la opción para visualizar todos los archivos. Puedes abrirlo con cualquier editor de texto.
• Edítalo: Al final del archivo, escribe, y respeta los espacios o tendrás un error 500 : redirect 301 /(URL vieja)/ /www.url.com/(URL nueva)/
• Guárdalo: Usa una codificación ANSI para que no surja ningún error.

Como ya hemos dicho, se trata de una redirección permanente, por lo que no deberías tener que cambiarla, pero las páginas web cambian y es posible que te veas obligado a hacer nuevas modificaciones. En todo caso, trata de mantenerla al menos durante un año para que los buscadores te posicionen bien.

¡Espero que esta entrada os haya aclarado ideas sobre las redirecciones 301!

¡Hasta la próxima!